R Los científicos arrojan luz sobre cómo funciona el resveratrol

Los fármacos que ayudarían a prolongar la longevidad de las personas pueden estar disponibles dentro de cinco años, después de que se haya detectado una enzima diana con propiedades antienvejecimiento, según un estudio científico.

 

Las evidencias de que el resveratrol, un componente del vino tinto, incrementa la actividad de la proteína SIRT1 que protege el organismo frente a las enfermedades, al renovar la mitocondria que envejece con los años en animales, se ha publicado en la revista ‘Scince’.

Sus autores develan sus mecanismos moleculares y muestran que medicamentos similares al resveratrol, que ya están en ensayos clínicos, podrían en un futuro tratar y prevenir enfermedades relacionadas con el envejecimiento.


“Nunca en la historia de la farmacología ha habido una molécula que se ligue a una proteína y la active con la velocidad con la que lo hace el resveratrol con la SIRT”, dijo el profesor David Sinclair, un genetista del Departamento de Farmacología de la Universidad de Harvard. "Algunas personas podrían vivir hasta 150 años, pero claro, necesitamos investigar más el asunto", dijo.

Nunca en la historia de la farmacología ha habido una molécula que se ligue a una proteína y la active con la velocidad con la que lo hace el resveratrol con la SIRT”


De hecho, ya se han producido resultados prometedores en algunos ensayos con implicaciones para
el cáncer, la enfermedad cardiovascular y la insuficiencia cardiaca, diabetes tipo 2, enfermedades de Alzheimer y de Parkinson, la enfermedad de hígado graso y cataratas entre otras.

“En última instancia, estos nuevos medicamentos servirían para tratar una enfermedad, pero a diferencia de las drogas de hoy, combatiría otros 20 males más. En efecto, se retardaría el envejecimiento”, agregó Sinclair.

El experto reconoce que estos medicamentos pueden “imitar los beneficios de la dieta y el ejercicio, pero no hay un impacto en el peso”, y sugiere que esta nueva terapia debería ser primero comercializada para la diabetes.

B Relacionan las bebidas dulces con un mayor consumo de calorías en los niños

Y las bebidas azucaradas van de la mano de las comidas grasas, como las pizzas y las papas fritas, halla un estudio.

Los niños que beben bebidas endulzadas con azúcar consumen más calorías que los demás niños, y las bebidas son el principal motivo de esa mayor ingesta calórica, revela un estudio reciente.

Además, los niños que beben bebidas endulzadas con azúcar comen más alimentos malsanos que otros niños, hallaron los investigadores.

La evidencia muestra que el consumo de bebidas endulzadas con azúcar, como los refrescos, las bebidas de fruta, las bebidas deportivas y energéticas, ha aumentado en los últimos veinte años.

Para el estudio, los investigadores analizaron datos de casi 11,000 niños de EE. UU. de 2 a 18 años de edad, que participaron en encuestas nacionales entre 2003 y 2010. En ese periodo, el consumo de los niños de comida y bebidas endulzadas con azúcar aumentó, al mismo tiempo que consumían menos bebidas no endulzadas.

Un análisis posterior reveló que las bebidas endulzadas con azúcar eran la causa principal del aumento en la ingesta calórica observado en los niños de 2 a 11 años de edad. Tanto la comida como las bebidas endulzadas con azúcar contribuyeron al aumento en la ingesta calórica entre los niños de 12 a 18 años, según el informe, que aparecerá en la edición de abril de la revista American Journal of Preventive Medicine.

"En todos los grupos de edad analizados, la densidad energética (las calorías por gramo) de los alimentos consumidos aumentó con una mayor ingesta de bebidas endulzadas con azúcar", señaló en un comunicado de prensa de la revista el investigador líder Kevin Mathias, del departamento de nutrición de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill.

Comentó que los hallazgos sugieren que un mayor consumo de bebidas endulzadas con azúcar se asocia con el consumo de alimentos con unos niveles más altos de calorías.

"Esto es preocupante, porque muchos alimentos que se asocian con un mayor consumo de bebidas endulzadas con azúcar (como la pizza, los pasteles, las galletas, las tartas, las papas fritas y los dulces) también son importantes fuentes de grasas sólidas y azúcares añadidos, componentes de la dieta que las Directrices Dietéticas de 2010 recomiendan que los estadounidenses deben limitar", enfatizó Mathias.

 

 

C Las carnes procesadas podrían desempeñar un rol en la muerte precoz, según un estudio

Halló que los que comían la mayor cantidad aumentaban su riesgo de muerte prematura en un 44 por ciento.

Quizás los perritos calientes y las salchichas a la parrilla sean unas sabrosas indulgencias en los juegos de pelota y en los picnics, pero un estudio reciente con casi 450,000 personas halla que comer un exceso de carnes procesadas podría recortar años de vida.

Las personas que comían la mayor cantidad de carnes procesadas aumentaban su riesgo de muerte prematura en un 44 por ciento. En términos más amplios, si las personas comieran menos carnes procesadas, el número de muertes prematuras en general descendería en casi un tres por ciento, hallaron los investigadores suizos.

"Nuestra recomendación es limitar la ingesta de carnes procesadas a menos de 28 gramos (una onza) al día", aconsejó la autora del estudio Sabine Rohrmann, directora de la división de epidemiología y prevención del cáncer del Instituto de Medicina Social y Preventiva de la Universidad de Zúrich.

Los investigadores solo pudieron mostrar una asociación entre comer carnes procesadas y un mayor riesgo de morir temprano, no una relación causal. Sin embargo, hay motivos para creer que la asociación es real, apuntaron los científicos.

"Sabemos de algunos mecanismos potenciales que probablemente contribuyan", señaló Rohrmann. "La carne es rica en colesterol y grasa saturada, lo que podría ser el vínculo con la enfermedad cardiaca coronaria".

La carne procesada también es tratada con nitrato para mejorar su durabilidad, color y sabor. "Sin embargo, también provoca la formación de carcinógenos. Están relacionados con el riesgo de cáncer de colon y de estómago", apuntó Rohrmann.

Además, una ingesta alta de hierro a partir de la carne puede llevar a un mayor riesgo de cáncer, advirtió.

Otro experto anotó que investigaciones anteriores respaldan el vínculo entre la carne procesada y los problemas de salud.

"Una amplia variedad de estudios han relacionado la ingesta de carne con unas tasas más altas de enfermedades crónicas", señaló el Dr. David Katz, director del Centro de Investigación en Prevención de la Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut.

Comer relativamente más carne probablemente conlleve comer menos alimentos vegetales, que protegen de la enfermedad crónica, apuntó.

"Hay argumentos fuertes para que todos comamos sobre todo plantas", planteó Katz. "Pero los que lo prefieran pueden comer carne sin dañar su salud, siempre y cuando elijan con inteligencia y se alejen de la mortadela".

Para el estudio, que aparece en la edición en línea del 6 de marzo de la revista BMC Medicine, Rohrmann y un equipo internacional de investigadores recolectaron datos sobre casi 450,000 hombres y mujeres. Al inicio del estudio, ninguno de los participantes había sufrido de cáncer, de un ataque cardiaco ni de un accidente cerebrovascular. Los investigadores también recolectaron datos sobre la dieta, el tabaquismo, el ejercicio y el peso.

Para mediados de 2009, más de 26,000 de los participantes del estudio habían muerto.

"La mortalidad aumenta cuando comparamos a los participantes que comían más de 40 gramos al día de carne procesada con los que comían entre 10 y 20 gramos al día", señaló Rohrmann.

Mientras mayor es el consumo, mayor es el riesgo. "Para el grupo de mayor consumo (los que consumen al menos 160 gramos de carne procesada al día), la mortalidad fue un 44 por ciento más elevada en comparación con los que comían poca carne (de 10 a 20 gramos al día)", comentó.

"Dado que la carne también es rica en ciertos minerales y vitaminas, no recomendamos que no se coma carne, sino reducir la ingesta de carnes procesadas y limitar la ingesta de carne roja a unos 300 a 600 gramos por semana, según recomiendan otros grupos de nutrición", aconsejó Rohrmann.

Además, el consumo de mucha carne procesada se daba junto con otras opciones malsanas. Los que comían la mayor cantidad de carne procesada eran los que menos frutas y verduras comían, y eran más propensos a fumar. Además, los hombres que comían mucha carne tendían a beber mucho, hallaron los investigadores.

Una experta apuntó que cambiar los malos hábitos podría resultar difícil en EE. UU.

"Las salchichas, un sándwich de bacón, lechuga y tomate o de jamón son la norma diaria de muchos estadounidenses", señaló Samantha Heller, nutricionista clínica del Centro de Atención Musculoesquelética de la NYU en la ciudad de Nueva York. "Limitar el consumo de carnes procesadas a menos de una onza al día, como sugieren los investigadores del estudio, será una recomendación difícil de implementar a menos que podamos educar al público sobre los problemas de salud asociados con comer carnes procesadas con regularidad".

Los profesionales de la salud, los educadores y las compañías alimentarias deben esforzarse por cambiar la cultura de la comida en Estados Unidos, de forma que una alimentación saludable basada en plantas se convierta en la norma diaria, enfatizó Heller.

El Instituto Americano de la Carne (American Meat Institute) criticó los hallazgos.

"Si bien tenemos inquietudes significativas sobre la metodología y los resultados del estudio, si se elige aceptar sus conclusiones, los estadounidenses pueden sentirse tranquilos de que su consumo de carne procesada se encuentra, en promedio, en el nivel recomendado aproximado por estos investigadores, y pueden sentirse confiados de que la carne roja consumida como parte de una dieta equilibrada y saludable ofrece una buena nutrición sin un aumento en el riesgo de mortalidad", aseguró en una declaración la directora científica de la American Meat Institute Foundation, Betsy Booren.

 

 

T ¿El té verde y el café pueden reducir el riesgo de accidente cerebrovascular?

Pero un estudio japonés de gran tamaño no demostró que hubiera una relación de causa y efecto.

Muchas personas toman café o té varias veces al día y ese simple hecho puede ayudarles a reducir el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV), informan unos investigadores japoneses.

Este estudio de alrededor de 83,000 personas sugiere que beber té verde o café diariamente podría reducir dicho riesgo en aproximadamente un 20 por ciento, y para un determinado tipo de ACV ofrecerían incluso una mayor protección.

"Tomar té verde o café cada día es bueno para prevenir el ACV", comentó el investigador principal, el Dr. Yoshihiro Kokubo, jefe médico del departamento de cardiología preventiva del Centro Nacional Cerebral y Cardiovascular, en Osaka.

"Si no puede mejorar su estilo de vida de inmediato, trate de prevenir el ACV bebiendo té verde todos los días", planteó.

Aunque no se sabe con certeza por qué el café y el té pueden tener este efecto, Kokubo piensa que podría deberse a ciertas propiedades que poseen estas bebidas que evitan que la sangre se coagule.

Además, el té verde contiene catequinas, que producen un efecto antioxidante y antiinflamatorio. Es posible que algunas sustancias químicas del café, como el ácido clorogénico, reduzcan el riesgo de ACV al disminuir las probabilidades de contraer diabetes tipo 2, explicó.

El café también contiene cafeína, que puede producir algún efecto en los niveles de colesterol y de presión arterial, y puede provocar cambios en la sensibilidad a la insulina, lo que afecta al nivel de azúcar en sangre, agregó.

Un experto, el Dr. Ralph Sacco, ex presidente de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), advirtió que este tipo de estudio no puede asegurar que el riesgo menor de ACV sea realmente el resultado de beber café o té.

"Estos estudios de asociación siguen teniendo una capacidad limitada para afirmar si lo que produce el efecto protector se trata de algunos ingredientes del café o del té, o bien de alguna conducta que comparten las personas que beben café y té", señaló Sacco, director de neurología de la Facultad Miller de Medicina de la Universidad de Miami.

"Han habido otros estudios, no obstante, que han sugerido que el café y el té tienen un efecto beneficioso en la salud cerebral, de manera que se están acumulando evidencias de que hay algunas maneras dietéticas simples en que podemos mejorar nuestra salud", afirmó Sacco.

El informe aparece en la edición en línea del 14 de marzo de la revista Stroke.

Para llevar a cabo el estudio, el equipo de Kokubo recopiló los datos de aproximadamente 83,000 hombres y mujeres, de 45 a 74 años de edad, a los que se preguntó cuánto café o té verde bebían.

Durante el trascurso del estudio, los investigadores realizaron un seguimiento de los registros hospitalarios, los certificados de defunción y los datos de muertes por enfermedad cardiaca y ACV.

Durante un promedio de 13 años de seguimiento, hallaron que los que habían tomado al menos una taza de café al día redujeron su riesgo de ACV en alrededor de un 20 por ciento.

Y en comparación con las personas que rara vez tomaban té verde, las personas que bebieron de dos a tres tazas al día tuvieron un riesgo de ACV un 14 por ciento menor y las personas que bebieron al menos cuatro tazas disminuyeron su riesgo en un 20 por ciento.

El riesgo de un tipo de ACV llamado accidente cerebrovascular hemorrágico, en el que un vaso sanguíneo cerebral estalla y la sangre inunda parte del cerebro, se redujo en un 32 por ciento en las personas que bebieron una taza de café o dos tazas de té verde al día. Alrededor del 13 por ciento de los ACV son hemorrágicos, indicaron los investigadores.

Para asegurarse de que los hallazgos están relacionados con el café y el té, el grupo de Kokubo tuvo en cuenta los siguientes factores: la edad, el sexo, el hábito de fumar, el hábito de beber alcohol, el peso, la dieta y el ejercicio. Las personas que bebían té verde tenían más probabilidades de hacer ejercicio en comparación con los que no bebían, señalaron.

 

 

 

Crema de Calabaza y Mordidas de Pollo con Salsa de Miel y Mostaza

Aperitivo- Crema de Zanahorias y Calabaza Amarilla

1 libra de zanahorias, peladas y cortadas en ruditas finas

2 calabazas amarillas, cortada en cubitos

1 lata de frijoles blancos (15.5 oz), sin sal, enjugados y escurridos 

16 oz Caldo de Pollo con bajo contenido de sal

16 0z de Agua

1 cucharadita de jengibre

1 cucharadita de ajo en polvo

1 cucharadita de pimiento

 

Combina las zanahorias, calabazas amarillas el caldo de pollo y especias en una olla mediana. Poner a hervir, Cocinar lentamente hasta que los vegetales estén blandos, de 12 a 15 minutos. Agregar los frijoles. Cocinar por unos minutos. Apartar del fuego. Licuar la sopa hasta que se haga cremosa. Servir inmediatamente. Decorar con cebollino y queso mozzarella

Rinde 8 porciones-Cada porción es de 1 taza-90 calorías p[por porción.

 

Plato Principal- Mordidas de Pollo

3 oz de pechuga de pollo, sin piel,, cortad en cubitos pequeños

½ taza de pan rallado, sazonado con especies mixtas

1 huevop batido o ¼ taza substituto de huevo

1 cucharadita de ajo en polvo

1 cucharadita de cebolla en polvo

1 cucharada de salsa con miel y mostaza (½ cucharada de miel, ½ cucharada de mostaza)

 

Empanizar los cubitos de pollo. Mezclar los cubitos de pollo con el huevo batido, luego envolver en el pan rallado cubriendo todos los pedacitos de pollo. Pre-calentar el horno pequeño a 400 °F. Rociar la bandeja con aceite español de aerosol. Poner los cubitos de pollo en la bandeja, separados. Hornear por 20-25 minutos hasta que estén dorados o crujientes (crispy). Servir con salsa de miel y mostaza.

  

Merienda- Pizza Caprese

1 rosquilla de pan fino (thin bagel) de trigo o pan integral

1 cucharada de salsa de spaguetti

1 oz de queso mozzarella

3 tomates pequeños, cortados en rueditas finas

 

Abrir el bagel en dos partes. Colocar encima la salsa de espagueti  por la parte interior cubriendo toda la rosquilla de pan. Agregar el queso mozzarella cubriendo toda la salsa. Poner las lascas de tomate encima del queso, al gusto. Hornear a 400 °F por 10 minutos o hasta que el queso se derrita. Comer inmediatamente.

Rinde 1 porción= 1 proteína, 1 ½ Almidones= 200 Calorías