M Una nueva recomendación no modificó la tasa de pesquisa mamográfica

No disminuyó la cantidad de mamografías a los 40 años en el 2010, un año después de que un panel de expertos gubernamental recomendara que esa pesquisa anual sea optativa para ese grupo etario. Los autores de un nuevo estudio hallaron que la posibilidad de que las estadounidenses de entre 40 y 49 años se hagan una mamografía no varió entre el 2006 y el 2010. Lo mismo ocurrió con la cantidad de mamografías en las mujeres de 40 con respecto de las de 50 o más, el grupo al que se le recomienda hacerse el control regular.

"Esto nos demuestra que (las mujeres) o los médicos dudarían en modificar sus conductas con las nuevas recomendaciones", dijo la autora principal, doctora Lauren Block, de la Facultad de Medicina de Johns Hopkins University, Baltimore. La Comisión Especial de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF, por su nombre en inglés) llegó a los titulares en diciembre del 2009 cuando modificó su recomendación de quiénes deberían realizarse la pesquisa del cáncer mamario. En lugar de recomendar el control anual o cada dos años a partir de los 40 años, como lo hacen muchas otras organizaciones, indicó que la decisión debería ser individual en las menores de 50 con un nivel de riesgo promedio.

Para las mujeres de entre 50 y 74 años, el panel recomendó la pesquisa cada dos años.

La USPSTF había revisado los estudios previos que habían hallado que la mamografía a partir de los 40 reducía la mortalidad por cáncer mamario. Pero esa revisión también demostró una elevada tasa de "falsos positivos", resultados que a menudo producen ansiedad y evaluaciones adicionales dolorosas e invasivas con riesgos.

"No estamos diciendo que no se hagan la pesquisa. Lo que decimos es que como los beneficios son tan pocos y los riesgos son reales, la pesquisa no debería indicarse (antes de los 50 años)", dijo la doctora Virginia Moyer, que preside la USPSTF y no participó del estudio.

Para el estudio publicado en Journal of General Internal Medicine, los autores utilizaron información de la encuesta nacional de salud, en la que mujeres de entre 40 y 74 años respondieron si se habían realizado una mamografía el año anterior. Con las encuestas del 2006, 2008 y 2010, el equipo reunió respuestas de casi 500.000 mujeres. El equipo de Block halló que las menores de 50 eran menos propensas que las mayores de 50 a realizarse una mamografía en los tres años evaluados. Y las que se realizaban un control clínico anual eran algo más propensas a hacerse una mamografía: a los 40, el 62 por ciento se había realizado una mamografía en el 2006 y el 2008, y el 61 por ciento lo había hecho en el 2010, mientras que entre las mayores de 50, entre el 70 y el 73 por ciento se habían realizado el control en cada uno de los tres años estudiados. "No sorprende que no haya habido un cambio de un año para otro y pienso que será gradual", dijo Moyer, que es vicepresidente de Mantenimiento de Certificación y Calidad del Consejo Estadounidense de Pediatría, Chapel Hill, Carolina del Norte.

 

S Los CDC advierten que los estadounidenses siguen eligiendo opciones malsanas

Reportan unas tasas altas de obesidad, consumo excesivo de alcohol, tabaquismo e inactividad, pero la mayoría de las personas duermen lo suficiente.

La salud general de los estadounidenses no está mejorando mucho. Alrededor de seis de cada diez personas tienen sobrepeso o son obesas, y un gran número participa de conductas malsanas como fumar, beber en exceso o no hacer ejercicio, muestra un informe reciente del gobierno.

El informe, publicado el martes por los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE. UU., halló que los estadounidenses siguen eligiendo muchas de las mismas opciones de estilo de vida que han llevado a unas tasas crecientes de enfermedades cardiacas, diabetes y otros males crónicos, entre ellas:

  • Alrededor de seis de cada diez adultos beben, lo que incluye un aumento entre los que reportan un consumo empedernido episódico de cinco o más bebidas en un día en el año anterior.
  • El veinte por ciento de los adultos fuman, y menos de la mitad de los fumadores intentaron abandonar el hábito durante el año anterior.
  • Solo uno de cada cinco adultos cumplía con las directrices federales de actividad aeróbica y ejercicio para fortalecer los músculos. Uno de cada tres era completamente inactivo cuando se trataba de la actividad aeróbica en el tiempo libre.

El único punto positivo del informe se relacionó con la conducta del sueño. Alrededor de siete de cada diez adultos cumplían con el objetivo federal respecto a un sueño suficiente.

Los hallazgos provienen de casi 77,000 entrevistas aleatorias llevadas a cabo entre 2008 y 2010.

Las cifras reflejan unas tendencias persistentes, afirmó la autora del informe, Charlotte Schoenborn, estadista de salud del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los CDC.

"Los cambios no han sido enormes", dijo Schoenborn. "Ha sido un proceso muy lento, el cambio de concienciación sobre las opciones personales para unas formas de vida más saludables. Todas las agencias federales relacionadas con la salud, y muchos grupos no federales, destinan muchos recursos a hacer a las personas conscientes del efecto que pueden tener sobre su propia salud. Este informe está simplemente diseñado para decirnos dónde estamos".

Los hallazgos no sorprendieron a Rich Hamburg, subdirector de Trust for America's Health, una organización de salud pública sin fines de lucro.

"Creo que ahora estamos en un cruce de caminos", planteó Hamburg. "Podemos elegir dos caminos. Tenemos la esperanza de que si continuamos invirtiendo en la prevención comunitaria, y si promovemos una alimentación sana y una vida activa, estas tasas comenzarán a bajar".

Las organizaciones de salud pública usan este informe para determinar qué grupos de estadounidenses son propensos a conductas malsanas, comentó Schoenborn, autora del estudio.

Por ejemplo, aunque en general las personas duermen lo suficiente, no sucede lo mismo entre las personas con problemas matrimoniales, señaló. Alrededor del 38 por ciento de los adultos divorciados, separados o viudos tienen problemas para dormir lo suficiente, frente al 27 por ciento de las personas casadas.

Aunque este no es el informe oficial del gobierno federal sobre la obesidad, sus hallazgos encajan con la investigación tanto privada como pública sobre la epidemia, dijo Hamburg, de Trust for America's Health.

Actualmente, apenas siete estados tienen tasas de sobrepeso y obesidad inferiores al 60 por ciento, lamentó.

"Durante casi tres décadas hemos observado un aumento en las tasas de sobrepeso y obesidad adultas", dijo Hamburg. "Esperamos estar alcanzando una estabilidad, pero también lo hemos esperado en el pasado".

Parece que los adultos jóvenes proveen la mayor esperanza para el futuro. Por ejemplo, las personas de 18 a 24 años son el único grupo de edad en mostrar un declive en el tabaquismo, del 23.5 a alrededor del 21 por ciento.

"El tabaquismo ha seguido siendo un problema muy renuente en uno de cada cinco adultos. Es una adicción simplemente terrible", comentó Schoenborn. "La pequeña esperanza que vi fue entre las personas de 18 a 24 años, donde vimos algo de mejora. Se oyen muchas cosas sobre el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades crónicas, y lo mucho que nuestra salud depende de nosotros, pero nada parece estar cambiando en gran medida".

Por su parte, Hamburg dijo que a pesar de la falta de progreso, es vital seguir convenciendo a los estadounidenses de que tienen el poder para mejorar su salud a través de las opciones personales. Sin cambios en el estilo de vida, las enfermedades crónicas aumentarán y el gasto en atención de salud se disparará.

"Si podemos reducir las tendencias en la obesidad aunque sea un poco, por ejemplo un cinco por ciento en cada estado, podríamos evitar que millones de estadounidenses sufran problemas de salud y ahorrar miles de millones de dólares en gastos de salud", aseguró.

 

 

E Podrían las estatinas aumentar el riesgo de diabetes?

Algunas marcas populares se asocian con niveles altos de glucemia en un estudio, pero las probabilidades de que haya problemas son bajas.

Ciertas estatinas (unos medicamentos muy utilizados para reducir el colesterol) podrían aumentar las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2, sugiere un nuevo estudio.

 

El riesgo fue mayor entre los pacientes que tomaban atorvastatina (de marca Lipitor), rosuvastatina (Crestor) y simvastatina (Zocor), señaló el estudio.

 

Los investigadores canadienses se concentraron en casi 500,000 residentes de Ontario y hallaron que las probabilidades generales de desarrollar diabetes eran bajas en los pacientes a quienes se recetaban estatinas. Pero aún así, las personas que tomaban Lipitor tenían un riesgo un 22 por ciento más alto de diabetes de nuevo inicio, los usuarios de Crestor tenían un aumento del 18 por ciento en el riesgo y los que tomaban Zocor experimentaban un aumento del 10 por ciento, en relación con los que tomaban pravastatina (Pravachol), que parece tener un efecto favorable sobre la diabetes.

 

Los médicos deben sopesar los riesgos y los beneficios al recetar estos medicamentos, dijeron los investigadores en el estudio, que fue publicado en la edición en línea del 23 de mayo de la revista BMJ.

 

Sin embargo, esto no significa que los pacientes deban dejar de tomar estatinas, plantearon los expertos. Además, el estudio solo mostró una asociación entre el uso de estatinas y un mayor riesgo de diabetes, no causalidad.

 

"Aunque se trata de un estudio importante que evalúa la relación entre las estatinas y el riesgo de diabetes, el estudio tiene varios puntos débiles que dificultan que se generalicen los resultados", señaló la Dra. Dara Cohen, profesora de medicina del departamento de endocrinología, diabetes y enfermedades óseas de la Facultad de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York. "No hubo datos sobre el peso, la etnia ni los antecedentes familiares, todos factores de riesgo importantes en el desarrollo de la diabetes".

 

Cohen añadió que no hubo información sobre los niveles de colesterol y glucemia de los pacientes, y que quizás a los pacientes en mayor riesgo se les receten automáticamente unas estatinas más potentes como Lipitor, Crestor y Zocor.

 

Unos médicos finlandeses escribieron en un editorial acompañante que este riesgo potencial no debe evitar que las personas tomen estatinas.

 

"El beneficio general de las estatinas sigue superando claramente el riesgo potencial de diabetes incidente", dijeron investigadores de la Universidad de Turku. Se ha probado que las estatinas reducen los problemas cardiacos, dijeron, y añadieron que los fármacos "desempeñan un papel importante en el tratamiento".

 

Otras estatinas presentaron un perfil más favorable que Lipitor, Crestor y Zocor en cuanto a la diabetes, halló la investigación.

 

"El uso preferencial de la pravastatina, y potencialmente de la fluvastatina… podría estar justificado", comentaron los autores del estudio en un comunicado de prensa de la revista. Añadieron que el Pravachol podría ser incluso más beneficioso para los pacientes en alto riesgo de diabetes. La fluvastatina (Lescol) se asoció con una reducción del 5 por ciento en el riesgo de diabetes, y la lovastatina (Mevacor) con una reducción del 1 por ciento en el riesgo.

 

En investigaciones previas, Crestor se asoció con un aumento del 27 por ciento en el riesgo de diabetes, mientras que Pravachol se relacionó con una reducción del 30 por ciento en el riesgo.

Para este estudio, los investigadores usaron información de los pacientes de tres bases de datos canadienses sobre hombres y mujeres de 66 años a los que recientemente se les habían recetado estatinas, y les dieron un seguimiento durante hasta cinco años. Más de la mitad de las recetas nuevas de estatinas fueron de Lipitor, seguido por Crestor, Zocor, Pravachol, Mevacor y Lescol.

 

Los investigadores dijeron que entre 162 y 407 pacientes tendrían que tomar estatinas de varios tipos para que un paciente adicional desarrollara diabetes.

 

Los resultados fueron similares entre los pacientes ya diagnosticados con enfermedad cardiaca y entre los que tomaban estatinas para prevenirla. Los pacientes de más edad que usaban Lipitor y Zocor estaban en un riesgo más alto independientemente de la dosis, hallaron los investigadores.

 

Las personas con diabetes tipo 2 tienen niveles de glucemia más altos de lo normal porque su cuerpo no produce o no utiliza insulina de manera adecuada. Los investigadores dijeron que es posible que ciertas estatinas afecten la secreción de insulina e inhiban su liberación, lo que podría ayudar a explicar los hallazgos.

 

E Las estatinas podrían dificultar que se obtengan resultados del ejercicio físico

La condición física de las personas con sobrepeso que tomaron medicamentos para bajar el colesterol mejoró menos que la de otras personas en un estudio pequeño.

Las estatinas son medicamentos probados que toman millones de personas para bajar el colesterol, pero también podrían entorpecer la capacidad de mejorar la salud cardiovascular de los pacientes con problemas cardiacos mediante el ejercicio, afirman los investigadores.

Un pequeño grupo de personas con sobrepeso u obesidad no consiguieron ninguna ganancia en su condición física que fuera significativa mientras tomaban una dosis de 40 miligramos de simvastatina diaria, aunque otro grupo que no tomaba el medicamento y que realizaba el mismo régimen de ejercicio sí mejoró, halló el estudio publicado en línea como adelanto a la publicación en una edición impresa de la revista Journal of the American College of Cardiology.

"Si usted hace que un grupo de personas haga ejercicio, mejorarán su condición física", afirmó el autor del estudio, John Thyfault, profesor asociado del Centro de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Misuri. "Las mejoras de las personas de nuestro grupo que tomaban estatinas o bien se quedaron estancadas o no se produjeron".

Este hallazgo podría afectar de manera dramática al modo en que los médicos tratan a los pacientes con problemas cardiacos, de manera particular si se descubre que otro tipo de estatinas tienen el mismo efecto negativo en los beneficios que proporciona el ejercicio, señaló Thyfault.

A las personas con riesgo de ataque cardiaco o con síndrome metabólico (un grupo de factores que aumentan el riesgo de enfermedad arterial coronaria, accidente cerebrovascular y diabetes) a menudo se les recetan estatinas para bajar el colesterol y al mismo tiempo se les aconseja que hagan más ejercicio, afirmó. Se ha probado que tanto las estatinas como el ejercicio, de forma independiente, reducen el riesgo de enfermedad cardiovascular, pero quizá no funcionen bien de forma combinada.

"Las estatinas han salvado vidas, pero pienso que los médicos han de tener cuidado con respecto a quién las recetan y que deberían usarse solo para los pacientes que tengan el riesgo más alto", comentó Thyfault. "Debemos reflexionar sobre esta cuestión. No es como mucha gente decía, esto es, que deberían poner estatinas en el suministro de agua".

En el estudio, se asignó a 19 personas con riesgo de enfermedades cardiovasculares un régimen de ejercicio de 12 semanas en el que caminaron y trotaron en la cinta durante 45 minutos, cinco días a la semana. Otras 18 personas siguieron el mismo régimen de ejercicio, pero también se les recetó una dosis diaria de simvastatina, comercializada con la marca Zocor.

Las personas a las que se asignaron solamente los ejercicios experimentaron una mejora del 10 por ciento de su condición cardiorrespiratoria, mientras que la mejora de las que tomaban simvastatina solo alcanzó un 1.5 por ciento, descubrieron los investigadores.

Además, las personas del grupo en que solo se hacía ejercicio experimentaron un aumento del 13 por ciento del "contenido mitocondrial del músculo esquelético", lo que significa que sus células musculares se volvieron más eficientes en la conversión de la glucosa y el oxígeno en energía. Las personas que toman simvastatina experimentaron un descenso del 4.5 por ciento: sus músculos, en realidad, se volvieron menos capaces de usar energía.

Al mismo tiempo, el medicamento contribuyó a que las personas que lo tomaban redujeran el colesterol. En las personas del grupo del ejercicio y las estatinas, la cantidad total de colesterol se redujo un 29 por ciento y el colesterol LDL "malo" disminuyó en un 38 por ciento, y en las personas del grupo de ejercicio solo no se produjeron cambios significativos ni en la cantidad total de colesterol ni en la del colesterol LDL.

Este estudio debería hacer que se realicen más investigaciones sobre si otras clases de estatinas tienen el mismo efecto o si una dosis menor cambiaría los resultados, afirmó el Dr. Robert Eckel, profesor de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado y ex presidente de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association). Eckel no participó en el estudio.

"Esto no me sorprende del todo. Desde hace tiempo se tiene la idea de hacer ejercicio, de tomar estatinas y de las interacciones que hay entre ambos", señaló Eckel. "El giro inesperado aquí es que la condición física se modifica en función de los efectos del entrenamiento".

Eckel afirmó que también es muy probable que otras estatinas tuvieran el mismo efecto, ya que todas funcionan de un modo muy parecido.

Al mismo tiempo, es demasiado pronto para que los pacientes con problemas cardiacos dejen de tomar su medicación y se dediquen a hacer ejercicio, añadió.

"Es difícil refutar una gran cantidad de datos que respaldan el efecto benéfico de las estatinas en la prevención de las enfermedades cardiacas", afirmó Eckel. "Y, en general, no se puede dejar de lado un estilo de vida saludable y decir que si se toman estatinas no hace falta hacer ejercicio. En este momento, yo no le diría a un paciente que se mantuviera inactivo físicamente, pero se trata de algo que es necesario que se siga investigando".

 

 

O Las pastillas de aceite de pescado podrían reducir el riesgo de diabetes, afirman los investigadores

Observan unos niveles más altos en la sangre de una hormona beneficiosa entre las personas que tomaban complementos de omega 3.

Los complementos de aceite de pescado podrían ayudar a reducir el riesgo de diabetes tipo 2, sugiere una investigación reciente.

 

Los complementos, también conocidos como ácidos grasos omega 3, aumentan los niveles de una hormona llamada adiponectina que se relaciona con la sensibilidad a la insulina, hallaron investigadores de la Universidad de Harvard. También se han relacionado unos mayores niveles de esa hormona en la sangre con un menor riesgo de enfermedades cardiacas.

 

"Aunque estudios anteriores con animales hallaron que el aceite de pescado aumentaba la adiponectina circulante, no se ha establecido si en los humanos hay un efecto similar", señaló en un comunicado de prensa de la Sociedad Endocrina (Endocrine Society) el autor líder del estudio, Jason Wu, de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard.

 

Para el estudio, los investigadores llevaron a cabo un "metaanálisis" de 14 ensayos clínicos. Un metaanálisis revisa la investigación existente e intenta hallar un patrón constante. En este caso, los estudios revisados eran ensayos aleatorios controlados con placebo, lo que se considera como el estándar de excelencia en la investigación.

 

"Al revisar la evidencia de los ensayos clínicos aleatorios existentes, hallamos que los complementos de aceite de pescado causaban aumentos modestos en la adiponectina en la sangre de los humanos", explicó Wu.

 

En total, el nuevo estudio observó a 682 personas que tomaron complementos de aceite de pescado, y a 641 que recibieron placebos como aceite de girasol o de oliva.

 

Entre las personas tratadas con aceite de pescado, los niveles de adiponectina aumentaron en 0.37 microgramos por mililitro de sangre. Esta hormona desempeña un rol beneficioso en procesos que afectan al metabolismo, como la regulación de la glucemia y de la inflamación.

 

Dado que los efectos del aceite de pescado variaron significativamente en los estudios analizados, los investigadores sugirieron que los ácidos grasos omega 3 podrían tener un efecto más potente en ciertos grupos de personas. Los investigadores concluyeron que se necesita más investigación para determinar qué personas podrían obtener el mayor beneficio de los complementos de aceite de pescado.

 

"Aunque se han relacionado unos niveles más altos de adiponectina en el torrente sanguíneo con un menor riesgo de diabetes y de enfermedad de la arteria coronaria, todavía no está claro si el aceite de pescado influye sobre la glucosa [azúcar en la sangre] y el desarrollo de la diabetes tipo 2", apuntó Wu.

 

"Sin embargo, los resultados de nuestro estudio sugieren que una mayor ingesta de aceite de pescado podría aumentar moderadamente el nivel de adiponectina en sangre, y estos resultados respaldan beneficios potenciales del consumo de aceite de pescado para el metabolismo de control de la glucosa y de la grasa en las células", añadió.

 

Pero la asociación no prueba causalidad entre los complementos de aceite de pescado y un menor riesgo de diabetes.

 

Alrededor del 37 por ciento de los adultos y el 31 por ciento de los niños de EE. UU. toman complementos de aceite de pescado, según una encuesta de 2007 del Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa de los Institutos Nacionales de Salud.

 

El estudio será publicado en la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism. Fue respaldado por subsidios del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de los Institutos Nacionales de Salud.