V La vitamina E puede acelerar los beneficios para el corazón que se producen al dejar de fumar

Tomar una forma específica de un suplemento de vitamina E puede acelerar los beneficios para la salud que se producen cuando las personas dejan de fumar, según sugiere una investigación reciente. En el pequeño estudio, la mejora en la función de los vasos sanguíneos asociados con el agregado de vitamina E se traduce potencialmente en una caída estimada del 19 por ciento en el riesgo futuro de enfermedad cardiovascular.



Los fumadores reclutados para participar en el análisis debían dejar de fumar durante siete días, con datos de los marcadores sanguíneos de la inflamación y la función de los vasos sanguíneos antes y después del examen. Tras una semana sin tabaco, los participantes vieron un incremento en su función vascular en un promedio de 2,8 por ciento y los que además tomaron la forma gamma-tocoferol de vitamina E mostraron una mejora del 1,5 por ciento adicional en la función vascular.

 

Si bien estos cambios en la función vascular pueden aparecer pequeños, estudios anteriores a gran escala sugieren que cada aumento de 1 por ciento en la función vascular (o mejora en la capacidad del vaso sanguíneo para dilatar) se traduce en una caída del 13 por ciento en el riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca más adelante en la vida.

"Este es un estudio a muy corto plazo, que muestra efectos muy prometedores", dijo Richard Bruno, profesor asociado de Nutrición Humana en la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos) y autor principal del estudio, que se presenta este martes en la reunión anual de Biología Experimental que se celebra en la ciudad norteamericana de Boston.

"La razón fundamental es que sabemos que lleva muchos años antes de que el riesgo de enfermedad cardiovascular de un exfumador coincida con el de un no fumador. Esperamos desarrollar una terapia para combinar con la práctica de dejar de fumar que podría acelerar la restauración de la función vascular y reducir el riesgo cardiovascular", adelanta este científico.

El suplemento en el estudio no es el mismo que el promedio de vitamina E disponible en la mayoría de los estantes de las tiendas, ya que la vitamina E se produce en ocho formas en función de su estructura química y la forma más conocida pertenece a una variedad llamada tocoferoles.

En este estudio, los investigadores probaron los efectos de la forma de gamma-tocoferol, la forma más común de la vitamina E y otra, por ejemplo, es el alfa-tocoferol. Aunque gamma-tocoferol es segura, Bruno señaló que estudios a largo plazo con más participantes tendrían que concretar las recomendaciones dietéticas específicas relacionadas con dejar de fumar.

Un total de 30 fumadores en sus 20 años que habían fumado por lo menos la mitad de un paquete por día durante un año participó en el estudio. Todos los participantes dejaron de fumar y 16 recibieron 500 mg diarios de gamma-tocoferol, mientras que a 14 se les administró un placebo.

 

Además de tomar muestras de sangre, los autores de la investigacón midieron la función vascular mediante la obtención de imágenes por ultrasonido de una arteria en el brazo. La calidad de la función vascular se define por la capacidad de la arteria para dilatarse en respuesta a la oleada de sangre. "Las personas con una larga historia de tabaquismo tienden a tener bajos respuestas vasodilatadoras", señala Bruno.

 

Los participantes que tomaron los suplementos mostraron mayores mejorías en la función vascular y también registraron menores niveles de dos proteínas relacionadas con la inflamación en la sangre que los participantes que recibieron un placebo. Bruno dijo que los niveles más bajos de estas dos proteínas en la sangre de los participantes que ingirieron los suplementos sugieren que la forma gamma-tocoferol de vitamina E restaura la función vascular al menos en parte mediante la reducción de la inflamación.



Gamma-tocoferol es un producto abundante en la dieta estadounidense, pero es difícil de obtener a partir de fuentes bajas en calorías. Las fuentes alimentarias incluyen soja, canola y otros aceites vegetales, así como algunos frutos secos como pistachos, nueces, anacardos y cacahuetes, mientras que los suplementos que son ricos en gamma-tocoferol se pueden encontrar en tiendas especializadas.

 

T Una ‘reacción intestinal’ podría servir para predecir el riesgo de problemas cardiovasculares

Un nivel alto de una sustancia en el estómago llamada TMAO se relacionó con el ataque cardiaco y el ACV, según sugiere un estudio.

Una prueba de sangre que evalúa el nivel de un compuesto producido en el estómago parece ser un fuerte indicador de si habrá un problema cardiaco más adelante, informan los investigadores.

Cuanto mayor sea el nivel del compuesto (llamado trimetilamina n-óxido, o TMAO), mayor será el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, afirmó el equipo de la Clínica Cleveland. A la larga, la TMAO podría ser el objetivo en el que centrarse para la prevención o la reducción del riesgo de problemas cardiacos, sugirieron los investigadores.

"Una nueva prueba sanguínea que mida algo en la sangre que generan las bacterias del intestino realmente predijo de una manera fuerte y potente el futuro riesgo de ataque cardiaco, accidente cerebrovascular y muerte", afirmó el investigador principal, el Dr. Stanley Hazen, del Instituto de Investigación Lerner de la Clínica Cleveland.

Medir la TMAO tuvo más éxito en la predicción del riesgo de problemas cardiacos que otras pruebas de sangre o que los factores de riesgo habituales, como la hipertensión, el colesterol y fumar, señaló.

"Este puede ser un nuevo objetivo al que dirigirnos para la prevención de las enfermedades cardiacas", afirmó Hazen.

En un estudio preclínico, los investigadores descubrieron que la colina dietética (que se encuentra en las yemas de los huevos) se metaboliza en TMAO. La carnitina, que se encuentra en la carne roja, es otra fuente posible del compuesto. Según Hazen, la TMAO cambia el modo en que se metaboliza el colesterol. "No cambia el colesterol que hay en la sangre, sino el modo en que se gestiona el colesterol", indicó.

Más concretamente, la TMAO ayuda al colesterol a adherirse a los vasos sanguíneos. También dificulta al hígado y los intestinos el poder deshacerse del colesterol, explicó.

"Esta nueva prueba de sangre podría ayudar a detectar a las personas que más necesitan de ayuda preventiva de cardiología", afirmó Hazen.

Ya que los niveles de TMAO parecen estar relacionados con la dieta (las personas que comen más carne tienen un nivel más alto), Hazen indicó que la prueba podría ayudar a personalizar las dietas a fin de reducir el riesgo de problemas cardiovasculares.

Seguir una dieta saludable para el corazón que es baja en grasas, productos lácteos y azúcar, tal y como recomienda la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), tiende a recudir la TMAO, explicó Hazen. Los vegetarianos son los que tienen el nivel más bajo de TMAO, afirmó.

En este estudio, publicado en la edición del 25 de abril de la revista New England Journal of Medicine, el equipo de Hazen recogió los datos sobre el nivel de TMAO en más de 4,000 pacientes y les realizaron un seguimiento durante un promedio de tres años.

Conforme aumentó el nivel de TMAO, también aumentó el riesgo de ataque cardiaco, accidente cerebrovascular (ACV) o enfermedad cardiaca, descubrieron los investigadores. Las personas que tenían un nivel mayor de TMAO tenían un riego 2.5 veces superior de padecer algunos de estos resultados en comparación con las que tenían el nivel más bajo de TMAO, informaron los autores del estudio.

El Dr. Gregg Fonarow, vocero de la Asociación Americana del Corazón y profesor de medicina y ciencia cardiovasculares en la Universidad de California, en Los Ángeles, afirmó que "se ha producido un incremento del interés en el papel que el metabolismo intestinal microbiano puede desempeñar en las enfermedades metabólicas y cardiovasculares".

Estudios recientes han sugerido que la TMAO puede jugar un papel en el inicio y la progresión de la aterosclerosis (una acumulación dañina de placas pegajosas en las arterias), señaló.

Sabiendo que el metabolismo intestinal ejerce una influencia en la producción de este metabolito, Fonarow afirmó que "estos hallazgos contemplan la posibilidad de que modular el metabolismo intestinal microbiano para reducir la producción de TMAO podría ser terapéutico".

Aun así, se necesita más investigación, agregó. "Si la TMAO es solo un marcador del riesgo cardiovascular o si resulta ser un mediador real y por tanto un objetivo prometedor para la prevención y el tratamiento de problemas cardiovasculares, es algo que necesitará un estudio con mayor profundidad", afirmó Fonarow.

El Dr. Joseph Loscalzo, del Hospital Brigham and Women's y la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston, escribe en un editorial acompañante en la revista que los hallazgos sugieren una serie de posibles estrategias innovadoras para la prevención de las enfermedades cardiacas. Además de limitar el consumo de alimentos ricos en colina, comentó que éstas podrían incluir el uso de probióticos que alteren la microbiota en el intestino.

Aunque el estudio descubrió una asociación entre un nivel alto de TMAO en la sangre y un mayor riesgo de problemas cardiovasculares, no probó una relación causal.

 

 

A La contaminación atmosférica podría acelerar el endurecimiento de las arterias

Un estudio halló que las personas que se expusieron a los niveles más altos presentaron un mayor engrosamiento de los vasos sanguíneos.

La exposición a largo plazo al aire contaminado puede acelerar el proceso de aterosclerosis, también conocida como endurecimiento de las arterias, sugiere un estudio reciente.

Aunque esta exposición a concentraciones más altas de contaminación atmosférica podría aumentar el riesgo de ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares, los investigadores comentaron que la reducción de dicha contaminación podría tener el efecto contrario.

El estudió contó con casi 5,400 personas de 45 a 84 años de edad de seis ciudades distintas de EE. UU. que no tenían ninguna enfermedad cardiaca. Los investigadores examinaron los niveles de contaminación en cada una de sus casas, y luego compararon los niveles con las medidas de ultrasonidos de sus vasos sanguíneos tomadas tras un intervalo mínimo de tres años.

Después de tomar en cuenta otros factores de riesgo, como fumar, los investigadores descubrieron que el grosor de la arteria carótida aumentó un promedio de 0.014 milímetros al año.

El engrosamiento de las dos capas internas de este vaso sanguíneo clave, que suministra sangre a la cabeza, el cuello y el cerebro, se produjo más rápidamente después de la exposición a concentraciones más altas de contaminación atmosférica de partículas finas. Los investigadores afirmaron que el grosor de la arteria carótida es un indicador de en qué medida la aterosclerosis está presente en las arterias a lo largo del cuerpo.

"Nuestros hallazgos nos ayudan a comprender cómo es que la exposición a la contaminación atmosférica puede causar un aumento de los ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares observados en otros estudios", comentó en un comunicado de prensa la autora principal, Sara Adar, profesora asistente John Searle de epidemiología en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Michigan.

Por otro lado, el estudio reveló que la reducción de la contaminación atmosférica de las partículas finas puede ayudar a ralentizar el engrosamiento de la arteria carótida.

"Vincular estos hallazgos con otros resultados de la misma población sugiere que las personas que viven en una zona más contaminada de la ciudad podría tener un riesgo un 2 por ciento más alto de accidente cerebrovascular que las personas que viven en una zona menos contaminada de la misma área metropolitana", indicó Adar en el comunicado de prensa.

"En caso de confirmarse en análisis futuros… estos hallazgos ayudarán a explicar las asociaciones entre las concentraciones [de pequeñas partículas] a largo plazo y los eventos cardiovasculares clínicos", escribieron los autores del estudio.

En respuesta a los hallazgos, Nino Kuenzi, de la Universidad de Basilea en Suiza, afirmó en un comunicado de prensa que el estudio "vuelve a respaldar una vieja solicitud planteada a los legisladores, a saber, que los estándares de aire limpio deberían cumplirse como mínimo con los niveles basados en los conocimientos científicos propuestos por la Organización Mundial de la Salud".

 

O La obesidad a los 20 años aumenta el riesgo de diabetes y de coágulos de sangre e infartos

Los jóvenes que son obesos a sus 20 años de edad son más propensos a desarrollar una enfermedad grave de salud cuando alcancen la mediana edad o incluso antes, según sugiere una investigación publicada en edición digital de la revista 'BMJ Open'. Por ejemplo, aumenta el riesgo de diabetes, coágulos de sangre y ataques cardiacos.

 

Es bien sabido que la obesidad en la edad adulta representa un riesgo para la diabetes y la enfermedad cardiovascular, pero no ha estado claro si la obesidad en la edad adulta temprana fortalece ese riesgo. Por ello, los investigadores siguieron la salud de 6.500 hombres daneses de 22 años de edad durante 33 años hasta los 55, todos ellos nacidos en 1955 y registrados por la Junta Militar para un examen de aptitud para el servicio militar.

 

Todos los potenciales reclutas en Dinamarca son sometidos a una batería de pruebas psicológicas y físicas, incluyendo el peso. La mayoría (83 por ciento, es decir, un total de 5.407) estaba dentro del rango normal; el 5 por ciento tenía un peso inferior (353); uno de cada diez (639) estaba con sobrepeso y el 1,5 por ciento (97) era obeso. El peso normal se clasifica como un índice de masa corporal (IMC) de entre 18,5 y 25 y la obesidad, 30 o más IMC.

 

Casi la mitad de los clasificados como obesos a la edad de 22 años fueron diagnosticados con diabetes, presión arterial alta, ataques al corazón, derrame cerebral, coágulos sanguíneos en las piernas o los pulmones o habían muerto antes de llegar a la edad de 55 años. Además, eran ocho veces más propensos a tener diabetes que sus pares de peso normal y cuatro veces más a desarrollar un coágulo de sangre potencialmente mortal (trombo embolismo venoso).

 

También tenían más del doble de probabilidades de desarrollar presión arterial alta, sufrir un ataque al corazón o morir. Cada unidad de aumento en el IMC corresponde a un aumento en la tasa de ataque cardiaco del 5 por ciento; un 10 por ciento más en las tasas de presión arterial alta y coágulos de sangre de y un aumento de la tasa de diabetes del 20 por ciento.

 

En total, los jóvenes obesos registraban tres veces más probabilidades de contraer cualquiera de estas enfermedades graves que sus pares de peso normal en la edad media, lo que confiere un riesgo absoluto de casi el 50 por ciento en comparación con sólo el 20 por ciento entre sus iguales de peso normal.

 

Según los científicos, los resultados indican que el continuo aumento de la obesidad puede contrarrestar el descenso de las muertes por enfermedades del corazón. "Por lo tanto, la morbilidad relacionada con la obesidad y la mortalidad será, en las próximas décadas, una carga sin precedentes en los sistemas de salud en todo el mundo", alertan.

 

D La Dieta Mediterránea aún se está redefiniendo

La dieta mediterránea ha sido aclamada como saludable. Pero lo que define exactamente lo que es la dieta y lo que constituyen sus beneficios  todavía se sigue investigando según explican los investigadores.

 

Un meta-análisis sugiere la ingesta "óptima" para los distintos grupos de alimentos por el promedio ponderado de las medianas de los estudios, que consultaron impactos en la salud de la adhesión al patrón de dieta tradicional en países como Italia, Grecia y España.

 

Los promedios diarios reportados en la Asociación Europea de Prevención Cardiovascular y en las reuniones de EuroPRevent  fueron:

 

•Productos lácteos: 165 g para los hombres y 200 g para las mujeres• Fruta: 140 g para los hombres y 125 g para las mujeres

• Verduras: 125 g para los hombres y 140 para las mujeres

• Cereales: 130 g para los hombres y 125 g para las mujeres

• Carne: 70 g para los hombres y las mujeres

• Pescado: 20 g para los hombres y 25 g para las mujeres

• Legumbres: 10 g para  hombres y  mujeres

 

“Es importante dar indicaciones específicas", Francesco Sofi, MD, PhD, de la Universidad de Florencia, Italia, dijo al explicar la razón de ser del estudio que presentó en la conferencia.

 

El objetivo es perfeccionar lo que se ha utilizado como índice de adhesión con fines de investigación en algo que los médicos podrían utilizar rápidamente para evaluar la calidad de la dieta en las visitas al consultorio y dar una  "receta" específica para una alimentación saludable, dijo a MedPage  en una entrevista.

 

El meta-análisis combinó 41 estudios prospectivos  en el ámbito de prevención primaria con un total de 2,9 millones de participantes, que proporcionaron suficiente potencia estadística.

 

De acuerdo con el análisis acumulativo, un aumento de dos puntos de la puntuación de la adherencia a la dieta mediterránea mostró una reducción del 9% de la mortalidad global (cociente de riesgos instantáneos 0,91, CI 0,89 a 0,93 95%), una reducción del riesgo del 11% de la enfermedad cardiovascular (HR 0,89, : 0,86 a 95%: 0,92) y una reducción del 5% de la enfermedad neoplásica (HR 0,95, IC 0,93-0,97 95%).

 

Sin embargo, Sofi señaló la amplia gama en la ingesta de los diferentes  grupos de alimentos reportados en los estudios. Por ejemplo, la ingesta de vegetales promedio fue de  60 g por día en un estudio, pero  de 540 g en otro, para las legumbres, los valores medios  variaron de tan sólo 8 g al día hasta un máximo de 75 g.

 

El estudio no rompió los promedios de todos los sellos distintivos de la dieta mediterránea, pues  carece, por ejemplo, los datos sobre el aceite de oliva, nueces y vino.Y esos son algunos de los componentes más importantes, Antonia Trichopoulou, MD, PhD, de la Universidad de Atenas  y del World Health Organization Collaborating Center for Food and Nutrition Policies, señalo  en una sesión separada sobre la Dieta Mediterránea.

 

Su grupo ha analizado la contribución relativa de los componentes de esa dieta para bajar todas las causas de mortalidad en la parte griega de la cohorte EPIC, publicado en British Medical Journal en 2009.

 

A través de una técnica estadística sustractiva, los investigadores de EPIC calculan que la mayor parte de la ventaja para la  salud – 24% – provenía del consumo moderado de alcohol (principalmente vino).

 

Las otras contribuciones relativas fueron:

 

• 17% de bajo consumo de carne y productos cárnicos

• 16% de un alto consumo de vegetales

• 11% de la alta ingesta de frutas y nueces

• 11% de la alta proporción de lípidos mono insaturados con respecto a los saturados (en gran parte debido al consumo de aceite de oliva)

• 10% del alto consumo de leguminosa

 

"A través de los años el énfasis ha cambiado", dijo a los asistentes Trichopoulou, señalando que no sólo los países mediterráneos han caído progresivamente fuera de su dieta tradicional, sino la forma en que la siguen ha cambiado también.

 

"En la década de 1960, el 40% de la ingesta de energía [en Grecia] era de lípidos", dijo. "Ingirieron mucho  aceite de oliva."

 

Un ensayo aleatorio reciente de España indicó un beneficio similar por parte del aceite de oliva y de frutos secos en la dieta mediterránea, en la prevención de eventos cardiovasculares en una población de alto riesgo

 

Hay otros aspectos culturales también, como comer juntos y en pequeñas porciones, Sofi señaló, y esos aspectos no están bien reflejados en los estudios.