Dr. Jorge Bordenave, MD, FACP - Miami, FL

 
 
C Células madre: La Medicina del siglo XXI en acción

Por Lidia Dinkova

The Miami Herald

Células madre: La Medicina del siglo XXI en acción

A Gerard Cuomo le encanta bailar. Sin embargo, hasta hace poco, el hombre, de 70 años, no podía dar ni un paso. Su corazón había sufrido un daño severo luego de tres ataques a principio de los años 1990.

El tejido que se formó alrededor del corazón al cicatrizar hace que se fatigue con facilidad. Todavía sufre las consecuencias después de más de 20 años de su primer infarto.

“Me siento como un hombre viejo”, comenta Cuomo, residente de Aventura. “Apenas puedo subir escaleras. Solo puedo caminar un cuarto de milla. Mientras estoy en el centro comercial, quisiera no tenerme que sentar todo el tiempo”.

En mayo del 2010 participó en un estudio clínico en la Escuela de Medicina Miller de la Universidad de Miami, en el que los médicos estudiaron los efectos de las células madre en un corazón lesionado. Las células madre son células que pueden crecer y transformarse en cualquier otra célula en el cuerpo. Una vez que se inyecta en el corazón, reducen la cicatrización y estimulan el crecimiento de vasos sanguíneos y músculo.

El Dr. Joshua Hare, director del Instituto Interdisciplinario de Células Madre de la Universidad de Miami, dice que los estudios demuestran que las células madre reducen el deterioro del tejido cardíaco dañado un 33 por ciento, una mejoría “dramática”. En el estudio clínico, Hare y otros doctores del Instituto, extraen células mesenquimales de la médula ósea del paciente. Las cultivan para que las células madre crezcan, y las reinyectan en el corazón del paciente, entre el músculo saludable y cicatrizado.

“Este es un ejemplo real de la medicina del siglo XXI”, dice Hare, profesor de medicina en la División Cardiovascular de Louis Lemberg. “Sin ninguna manipulación específica, ellas (las células madre mesenquimales) saben a dónde ir. Trabajan en formas que tienen mucho sentido”.

En un estudio publicado en noviembre en la Revista de la Asociación Médica Americana, los doctores de la Universidad de Miami descubrieron que las células madre mesenquimales extraídas de un donante son tan efectivas, y tan seguras, como las células madre extraídas del paciente.

“Utilizar a un donante es un factor muy conveniente”, dice Hare. “Podemos almacenar grandes cantidades de las células madre en un banco de células y utilizarlas cuando sea necesario”.

Cuomo recibió sus propias células madre y tuvo que esperar seis semanas después de la extracción para que se las reinyectaran en el corazón. Durante ese tiempo, los doctores cultivaron y examinaron las células.

Actualmente, doctores de la Universidad de Miami trabajan para llevar adelante su investigación, combinando células madre mesenquimales con células madre tomadas directamente del corazón. Los resultados de los estudios realizados de células madre del corazón en la Universidad de Louisville han sido alentadores.

“Lo que queremos saber es: ‘¿Podemos hacer algo más para ayudar a los pacientes?’, pregunta Hare.

La investigación de células madre comenzó a fines del siglo pasado. Antes, una vez que el órgano se dañaba debido a un ataque al corazón, las cicatrices eran permanentes, a menos que el paciente se sometiera a un trasplante, un procedimiento atemorizante.

Los doctores han estudiado las células madre del embrión así como las células madre de adultos almacenadas en la médula ósea, en la sangre del cordón umbilical y en la grasa del cuerpo.

La Administración de Alimentos y Drogas (FDA, por sus siglas en inglés) no ha aprobado estos tratamientos de células madre. Más bien, la investigación se ha hecho en pruebas clínicas en el Instituto Interdisciplinario de Células Madre en la Universidad de Miami. Cuomo dice que prefiere ser parte de una prueba clínica no aprobada para tratamiento por la FDA, que vivir la vida limitada que estaba viviendo.

“Prefiero arriesgarme y tener una mejor calidad de vida”, comenta.

Actualmente, disfruta largas caminatas diarias con su perro Muffy, un Lhasa Apso de 13 años, y ha disfrutado de varios viajes en crucero con su familia.

“No viajábamos antes del tratamiento”, dice. “Te rehúsas a viajar cuando sientes temor por tu condición”.

Hare dice que tardará cinco años recibir la aprobación de FDA si se aprueba el uso de las células madre como una droga, quizás menos tiempo si se aprueba su uso no considerándoseles como droga.

“Quisiéramos que llegara el momento en que este tratamiento sea establecido”, comenta. “Hasta ahora los resultados son muy impresionantes y prometedores”