Dr. Jorge Bordenave, MD, FACP - Miami, FL

 
 
T El tabaquismo y la obesidad juveniles podrían llevar a una muerte prematura

 

Un estudio halló que fumar aumentaba el riesgo en un 86 por ciento, mientras que la obesidad lo aumentaba en un 39 por ciento

Los adultos jóvenes y los adolescentes que fuman, son obesos y tienen niveles altos de glucemia podrían ser más propensos a morir antes de cumplir los 55 años, sugiere una nueva investigación gubernamental.

Los hallazgos son preocupantes cuando se observan en el contexto de las crecientes tasas de obesidad infantil en Estados Unidos. La obesidad infantil se ha duplicado y más entre los niños, y se ha triplicado entre los adolescentes, en los últimos 30 años, según los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE. UU. Como resultado, enfermedades y afecciones que antes solo se veían en adultos cada vez se diagnostican más en los niños. Éstas incluyen la hipertensión, el colesterol alto y la diabetes tipo 2.

"Dada la cantidad de jóvenes que son obesos, es algo preocupante", señaló la autora del estudio, la Dra. Sharon Saydah, científica principal de los CDC. "Cada vez que alguien muere antes de los 55, esto tiene un impacto general en la sociedad".

Según los CDC, en EE. UU. la esperanza promedio de vida es de 78.7 años.

El informe aparece en línea el 18 de febrero y será publicado en la edición impresa de marzo de la revista Pediatrics.

Saydah y sus colegas analizaron datos sobre casi 9,250 personas que participaron en la tercera Encuesta nacional de examen de salud y nutrición.

Cuando se llevó a cabo el estudio, los participantes tenían entre 12 y 39 años de edad. De ellos, más del 15 por ciento eran obesos, y el 30 por ciento fumaban. En total, 298 participantes murieron antes de los 55.

Los que fumaban entre los 12 y los 39 tenían un riesgo de morir antes de los 55 años un 88 por ciento más elevado, en comparación con los que no fumaban, mostraron los datos. Los que eran obesos en la juventud experimentaban un aumento del 39 por ciento en las probabilidades de morir antes de los 55 años, en comparación con los que no habían sido obesos a esa edad temprana. Además, el riesgo de morir antes de los 55 se triplicó entre los que tenían niveles altos de glucemia entre los 12 y los 39, mostró el estudio. Sin embargo, la hipertensión y los niveles altos de colesterol no afectaron el riesgo de morir antes de los 55.

Entonces, ¿qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos a vivir unas vidas más largas y sanas?

"No podemos recomendar una cosa específica", apuntó Saydah. "Hay una necesidad de estrategias más efectivas para intentar prevenir la obesidad y el tabaquismo, y para mejorar la salud general de la población más joven".

Esto comienza con el fomento de una alimentación más sana, un estilo de vida más activo, y la cesación del tabaquismo, añadió.

La Dr. Nazrat Mirza, pediatra del Centro Goldberg de Salud Pediátrica Comunitaria del Centro Médico Pediátrico Nacional de Washington, D.C., dijo que el nuevo estudio confirma otros hallazgos, y lo hace utilizando datos nacionalmente representativos.

"Se trata de otra alarma de que la obesidad se asocia con un mayor riesgo de muerte precoz", señaló. Y ese riesgo comienza a acumularse desde muy temprano en la vida.

"Hay mucho en juego", agregó. "Si estas tendencias actuales continúan, no nos extinguiremos, pero afectará la fuerza de trabajo y nuestra defensa".

La prevención es la clave, dijo Mirza, y añadió que "los padres deben preparar el ambiente muy a principios de la vida al enseñar y modelar unas conductas sanas que perduren en la adolescencia y la adultez temprana".

Una experta anotó que, como médica, planifica hacer más por llevar el mensaje a los adolescentes.

"Lo triste de este estudio es el hecho de que estos riesgos nos afectan a una edad más temprana", planteó la Dra. Lisa Ipp, profesora asistente de pediatría del Colegio Médico Weill Cornell en la ciudad de Nueva York. Ipp añadió que es probable que sea más insistente con sus mensajes sobre una vida saludable como resultado de estos hallazgos.

"Los adolescentes son un grupo difícil, y hacemos todo lo que podemos para aconsejarlos sobre cómo reducir los riesgos y lograr que no se pongan en peligro", aseguró. "Pero basándonos en estos datos, ciertamente haremos un poco más".