Dr. Jorge Bordenave, MD, FACP - Miami, FL

 
 
C Los hombres más jóvenes son los mayores consumidores de azúcares añadidos, según los CDC

La comida y las bebidas endulzadas son la fuente de demasiadas calorías vacías, advierten los expertos.

Los adultos jóvenes de EE. UU. están consumiendo más azúcares añadidos en la comida y las bebidas que las personas de más edad, y aparentemente más sabias, según un nuevo informe del gobierno.

Unos datos de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE. UU., publicados el miércoles, mostraron que entre 2005 y 2010, los adultos mayores con unos ingresos más altos tendieron a consumir menos azúcar añadido, que se define como endulzantes añadidos a los alimentos procesados y preparados, que las personas más jóvenes.

Se tiende a culpar sobre todo a los refrescos endulzados por el azúcar añadido en la dieta estadounidense, pero el nuevo informe mostró que los alimentos eran una fuente de mayor tamaño. Un tercio de las calorías de los azúcares añadidos provenían de las bebidas. Es notable que la mayoría de esas calorías se consumieron en casa, y no fuera de casa, mostró el estudio.

El informe, que aparece en la edición de mayo de la revista National Center for Health Statistics Data Brief, halló que el número de calorías derivadas del azúcar añadido tendía a declinar con el avance de la edad tanto en los hombres como en las mujeres. Los que tenían a partir de 60 años consumían bastantes menos calorías de esa fuente, en comparación con sus contrapartes entre los 20 y los 59.

Los investigadores descubrieron que alrededor del 13% de las calorías diarias de los adultos provienen de azúcares añadidos, la mayor parte de los cuales se encuentran en la repostería y los refrescos. Los hombres consumen alrededor de 335 calorías al día de azúcares añadidos, mientras que las mujeres, 239 calorías. . También hubo diferencias entre los grupos raciales y étnicos. Por ejemplo, los adultos negros consumían más calorías de azúcares añadidos que los adultos blancos o de origen mexicano.

 Las Directrices Dietéticas para los Estadounidenses aconsejan que no más del 5 al 15 por ciento de las calorías provengan de la combinación de grasas sólidas y azúcares añadidos.

Lo primero que debemos saber es qué es el azúcar añadida. Todos los alimentos industriales agregan diversas cantidades de azúcar para conservar, saborizar y dar consistencia a sus preparaciones, lo que se traduce sólo en calorías vacías que no aportan nutricionalmente. Asimismo, otro problema asociado es que no todos los productores declaran esta práctica por eso muchas veces no nos enteramos la cantidad de azúcar que tienen los alimentos.

 El estudio de la CDC indica también que cerca de dos tercios (67%) de los azúcares añadidos provienen de los alimentos, y el otro tercio (33%) de las bebidas. De hecho, la gente es más consciente que los refrescos suelen tener más azúcar que la que declaran, lo que no siempre ocurre con la comida. No todos se imaginan que el plato de spaguettis con salsa boloñesa tiene tanta azúcar como una gaseosa, por ejemplo.

Eso probablemente quiera decir que "la mayoría de personas siguen consumiendo más alimentos de este tipo, que con frecuencia no proveen la nutrición de otros grupos de alimentos", señaló Connie Diekman, dietista registrada y directora de nutrición universitaria de la Universidad de Washington, en St. Louis.

"Este informe muestra que los esfuerzos por educar a los estadounidenses sobre una alimentación saludable siguen quedándose cortos", lamentó Diekman.

Más de un tercio de los adultos de EE. UU. son ahora obesos, según los CDC. Consumir un exceso de azúcar se relaciona con un mayor riesgo de aumento de peso y obesidad.

"Parece que al menos algunos grupos están captando el mensaje, pero todavía hay una ingesta alta de azúcar añadido", planteó la autora del estudio, la Dra. Bethene Ervin, epidemióloga nutricional del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de Hyattsville, Maryland. "Quizás el mensaje esté llegando a los adultos con unos ingresos más altos y unos mayores niveles educativos".

Pero Ervin apuntó que esto no es suficiente. "Debemos hacer un mayor esfuerzo por alcanzar a grupos específicos que no están haciendo los cambios con tanta facilidad", dijo. "Se trata de calorías vacías, así que sería sensato elegir unas opciones alimentarias más saludables".

El Dr. David Lam, endocrinólogo de la Escuela de Medicina Mount Sinai en la ciudad de Nueva York, concurrió en que hay muchísimo por mejorar.

"Según estos datos, nos hallamos en el extremo alto de las recomendaciones dietéticas para el azúcar añadido", apuntó. "Observamos aumentos en la obesidad y en la diabetes, y estos datos nos dicen que necesitamos hacer un mejor trabajo en cuanto a limitar el azúcar añadido en nuestras dietas".

Esto incluye hacer que las opciones saludables sean menos costosas y estén ampliamente disponibles, planteó Lam. "No estamos donde debemos estar, y tenemos que hallar cosas que podamos cambiar, como aumentar el acceso a una comida más saludable", señaló.

Otros datos son que la media de las calorías totales por azúcar agregada disminuyó con el aumento de la edad y de los ingresos. Ello ratifica la tesis que los más jóvenes son quienes más ingieren comida rápida, rica en azúcar añadida. Las pizzas, sandwiches, hamburguesas y papas fritas son baratas, lo que multiplica sus ventas. En general, aquellos de más edad tienen mayor cuidado con su alimentación y poseen más recursos para comprar productos frescos.

El profesor Bethene Ervin, quien dirigió este estudio, había encabezado otro similar el 2012, en el que mostró que los niños y los adolescentes consumen alrededor del 16% de sus calorías diarias (322 calorías) de productos con azúcares añadidos. Los hombres consumían unas 362 calorías por este concepto, mientras que las niñas, unas 282 calorías