Dr. Jorge Bordenave, MD, FACP - Miami, FL

 
 
G Grasa blanca, Grasa marron.

La grasa del cuerpo ha sido villanizada y apropiadamente, pero toda la grasa corporal no es igual.

Hay dos tipos principales de grasas, la grasa marrón y la grasa blanca, que tienen funciones diferentes. Investigaciones patrocinadas por el NIH, han dado a conocer una mejor comprensión de estos tejidos adiposos.

Los investigadores descubrieron el interruptor genético que desencadena la formación de tejido adiposo, y cómo el cuerpo puede transformar la grasa blanca en marrón.

¿Por qué queremos cambiar la grasa blanca en marrón? La grasa blanca almacena energía en forma de grandes gotas de grasa, mientras que la grasa marrón tiene gotas mucho más pequeñas y está especializada para quemarla, produciendo calor. (La grasa parda es un tejido graso que consume energía para aumentar la temperatura corporal)

Las células de grasa marrón están compuestas por células generadoras de energía llamadas mitocondrias que contienen hierro, lo que les da su color marrón. Los bebés nacen con depósitos ricos de grasa parda (alrededor del 5% de la masa corporal total) en la columna superior y los hombros, para mantener el calor. Antes se pensaba que la grasa marrón desaparece en la edad adulta, pero resulta que albergamos pequeñas reservas en los hombros y el cuello.

En ratones, la grasa marrón quema más calorías cuando están sobrealimentados los ratones, protegiéndolos de la obesidad. Ratones genéticamente predispuestos a tener grasas marrones suplementarias son más delgados y saludables que los ratones con menos grasa marron. En los seres humanos, hay evidencia de que la grasa marrón se asocia con un menor peso corporal. La pregunta entonces es ¿cómo podemos aumentar nuestra producción de grasa marrón?

Un equipo de la Universidad de Pennsylvania descubrió el mechanismo para la creación de células de grasa marrón. Es una proteína llamada factor 2 de células temprana B (EBF2). Al hacer una comparación entre los genes activos en las células de grasa marrón y células de grasa blanca, descubrieron que esta proteína está presente en grandes cantidades en la grasa marrón. Parece ser que esta proteina funciona como marcador de genes, que más tarde se transformaran a células precursoras en la grasa marrón.

Cuando el equipo creó ratones que genéticamente carecían de esta proteína, los animales tenían células de grasas blancas en su espalda y en la columna vertebral en lugar de grasa típica de color marrón. Cuando el equipo creo ratones con niveles altos de la proteina EBF2 en cellulas de grasa blanca, estas células se volvieron marrones y consumieron más oxígeno, una señal que estaban produciendo más calor.
Un segundo equipo de estudio, dirigido por el Centro de Diabetes Joslin de Harvard, observó que los ratones tienen dos tipos de grasa marrón. Una clase llamada constitutiva, que esta presente desde el nacimiento, y una segunda clase de grasa marrón llamada reclutable, dispersa por los músculos y la grasa blanca.

En los seres humanos, demasiada grasa blanca a nivel abdominal promueve las enfermedades del corazón, la diabetes, y muchas otras enfermedades metabólicas cronicas. Sería potencialmente terapéuticamente beneficioso  si pudiéramos transformar algunas de nuestra grasa blanca en marrón. La determinación de qué genes controlan el desarrollo de la grasa blanca y la grasa marrón podría ser el primer paso hacia el desarrollo tratamientos cambiantes para la diabetes y la obesidad.